En un país como Colombia donde para adquirir cualquier propiedad o para realizar cualquier inversión, se tiene a la vuelta de la esquina infinidad de ofertas de créditos y préstamos bancarios o de terceros, fácilmente podemos superar nuestra capacidad de endeudamiento y adquirir obligaciones que superar nuestros activos. O simplemente nos vemos envueltos en una mala racha, un mal momento, como un despido, una separación, una quiebra. Haciendo que no podamos continuar con el cumplimiento de nuestras obligaciones, ya que se han vuelto materialmente imposibles.

Sumado a esto, cada día de no poder pagar nuestras obligaciones, hace que dichas obligaciones se incrementen de manera descomunal, por los intereses de mora que se corren por cada día de no pago. Sin contar los cobros pre jurídicos y jurídicos que conllevan el pago de honorarios de abogados y demás costos que hiperinflan el valor adeudado, llegan a ser tan alto como el capital inicial.

Esta situación inspiró el proceso de insolvencia de persona natural no comerciante y comerciante, además del proceso de insolvencia de personas jurídicas. Una gran salida para lograr superar las deudas que pueden llegar ahogarnos. Mediante el proceso de insolvencia, hay un primer paso que termina siendo muy rápido que es la negociación de las deudas con los acreedores, a quienes se les puede hacer propuestas de pago solo sobre capital, sin tener en cuenta intereses de mora, intereses de plazo y otros rubros. Propuestas que pueden hacerse a 5 años o incluso a 10 años o más. También pueden hacerse daciones en pago y cualquier propuesta que se pueda hacer para estar al día con las obligaciones y renegociar todas las deudas sin tener en cuenta como ya se dijo la moratoria del incumplimiento anterior.

Solo deben cumplirse unos requisitos muy mínimos y es una gran salida para para un remate o un embargo sobre una propiedad.

Es muy importante realizar este proceso con la asesoría de un abogado con el fin de que la propuesta en la negociación de las deudas sea aceptada y sea beneficiosa para el deudor.